La investigación como objeto de deseo
Resumen
La investigación es un método sistemático que se aplica en la cotidianidad sin darse cuenta, lo que va generando aprendizajes que afectan la cotidianidad. Es por ello que cuando se hacen descubrimientos, por pequeños que parezcan, se produce en el cerebro una cascada de neurotransmisores que conllevan a la generación de emociones. Todo lo anterior va ligado, a la capacidad de sorpresa en el investigador. Es por ello que se aprende mejor cuando se está alegre, emocionado que cuando la persona se encuentra triste. Cuando las sensaciones placenteras surgen, han sido producto de neurotransmisores como la dopamina u oxitocina. Pero para que todo lo anterior ocurra, debe entonces generarse un cambio en la estructura tradicional de educación, pues los currículos cotidianos han perdido vigencia ante una sociedad que busca información y respuestas a un ritmo mayor que el habitual, ya que tienen al alcance de sus manos diversos buscadores de internet. Es en este orden de ideas, que el profesor se convierte en guía, en intermediario de un proceso sistemático que conlleva no solo a aprender por aprender, sino que involucra emociones reales, deseos de aprender y aplicarlo en la cotidianidad. Finalmente, en la medida en que el investigador se encuentra entusiasmado por un tema en particular, de forma inconsciente se dispone a aprender. Es por ello que la emoción debe ligarse al aprendizaje.